Ciudadanía Universitaria y Educación a Distancia.

Hola compañeros y profesores, están invitados a ver mí blog. Esta instancia de ser la administradora de un blog es novedosa par a mí, y muy enriquecedora, porque creo que nos habilita hacia un encuentro entre nosotros para debatir sobre nuestro modo de participación en la sociedad, y los tipos de comunicación que se habilitan mediante las distintas modalidades de educación a distancia. Acepto criticas constructivas, den su opinión, será tenida en cuenta. Nos vemos en los distintos encuentros, éxitos.

lunes, 29 de agosto de 2011

¿Qué tipo de participación tenemos los ciudadanos?

A partir del texto de Luis Rigal se puede observar qué tipo de ciudadano se fue conformando en nuestro país, desde la conformación del Estado democrático constitucional. En la actualidad, mediante las políticas neoliberales y neoconservadores, se fue conformando una democracia restringida, en la cual los ciudadanos ejercieron un rol pasivo. El límite que se le impone a esta falsa democracia es quedar subordinada a la autoregulación del mercado, y la transferencia de responsabilidades por parte del Estado a los individuos, considerando que los triunfos y fracasos en ellos varían según las elecciones que hayan realizado.

De esta manera, el Estado asume un papel mínimo a nivel económico legitimando al capital privado, y configurando una ciudadanía mínima en los sujetos, lo cual implica una pérdida de derechos laborales y la limitación de derechos políticos, siendo que se observa una carencia de ámbitos de participación que los incluya y les permita tomar decisiones individualmente y colectivamente en la sociedad acompañado por la toma de decisiones. Esta instancia lo lleva a pensar al autor en una pérdida de empoderamiento en los ciudadanos. A la vez, en el sistema educativo esta oculta esta problemática. siendo que la escuela se ajustó a los requerimientos del oficialismo;buscando disciplinar al sujeto y subordinado al sistema socio económico capitalista, y no en la conformación de una ciudadanía activa, que conlleve a develar las condiciones opresoras del poder y llegar a modificar la cotidianidad; individualmente y de forma colectiva.

A nivel social, es posible mencionar que en la década del 70 se profundizó la fragmentación social entre ricos y pobres, y se llevaron a cabo transferencias de servicios públicos a la esfera privada: la escuela no estuvo ajena a este proceso, siendo que allí se generaron circuitos educativos diferenciados para los pobres, buscando por parte de la clases dominante en el poder la naturalización de las desigualdades sociales en los ciudadanos. En la década del 80 la política mencionada fue acompañada del asistencialismo, lo cual consistía en proporcionar una cantidad de bienes y servicios a los sectores sociales más carenciados, es decir, que el Estado llevo adelante políticas focalizadas hacia los sectores subalternos. A través de esta política no se buscó resolver el problema de la desigualdad social sino perpetuar las desigualdades sociales; siendo que, se reconocen sus problemas pero no la superación de su situación socio económica.

En las leyes de educación, se remplazó el concepto de igualdad por equidad, considerándolas como sinónimos, cuando no lo son;no todos tienen la misma calidad educativa, además, la asistencias de bienes y servicios prima sobre lo pedagógico. Esta situación de injusticia social generó la configuración de una ciudadanía fragmentada, desinteresada en participar y decidir en los ámbitos políticos.

Sin embargo, esta situación cambio, con la crisis del 2001, la disconformidad con las medidas económicas y políticas durante el gobierno de De La Rúa, conllevó a una mayor autorganización de movimientos sociales, trabajadores desocupados en confrontación con el Estado;los cuales se manifestaron a través de los cortes de ruta, acompañada esa modalidad organizativa por las asambleas (siendo superadoras del clientelismo político) existente, y se generó una mayor representación más cercana a la base, un mayor empoderamiento.

Rigal menciona, que estos movimientos sociales empezaron a ocupar un rol importante en la alfabetización, organizando distintas estrategias para llevar a cabo este proceso, buscando no sólo enseñar a leer y escribir sino buscando construír poder popular en los ciudadanos y buscando la construcción de una cultura contrahegemónica, integrando los intereses de las clases populares. Esta situación mencionada, me lleva a pensar que desde Luis Rigal, se puede construír poder popular fuera del sistema educativo, a través de proyectos pedagógicos alternativos organizados por los movimientos sociales.
A partir de la problemática que describió este autor, el mísmo rescata la importancia que desde la escuela se lleve a cabo una pedagogía crítica, revalorizando que es fundamental que desde allí se construya poder popular, esto implica develar el poder oculto, cuando el mismo conlleva a las condiciones de opresión. La educación como resistencia implica también una revalorización del lugar de los sujetos, de las luchas llevadas adelante en los movimientos sociales como en sus propuestas..

El posicionamiento del autor me lleva a reflexionare sobre el sujeto pedagógico que debemos formar como Licenciados en Ciencias de la Educación, a qué posicionamiento pedagógico adherir, y qué luchas debemos llevar adelante colectivamente desde el ámbito educativo, para lograr conjuntamente con los educandos un mayor grado de empoderamiento. Desde el 2001, los ciudadanos llegamos a conquistar derechos cercenados, eso me lleva a pensar que la utopía hacia una sociedad más justa no es imposible.

viernes, 19 de agosto de 2011

Carta de agradecimiento.


Agradecimiento a todos los que acompañaron en mí trayecto de participación.

Hola, soy Silvana, estudiante de Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Luján. En este momento me vienen los recuerdos sobre lo que aprendí en la universidad, y entre mis recuerdos está presente la imagen de la primera vez que ingrese a esta Universidad, y todos los que contribuyeron a mi crecimiento en la universidad para ampliar mi mirada sobre mis derechos como ciudadana activa en la vida.

Yo venía con una visión, en cierta forma restringida sobre el tipo de participación social, y tenía un papel pasivo en la sociedad, al no participar en decisiones importantes desde la escuela, o así mismo en la iglesia. Durante mucho tiempo fui a muy religiosa, y eso me di cuenta que era perjudicial, al estar programada la religión por un conjunto de dogmas incuestionables, y justamente las doctrinas son las que no permiten pensar en que las concepciones sociales se puede ir renovando constantemente adecuándose a las opiniones, percepciones (valoraciones) de los sujetos que conforman la congregación, o así mismo, mediante las opiniones de externos a la religión, además, en cierta forma, constituye un obstáculo a pensar de otro modo, al tener como objetivo implícito el hecho de juzgar indiscriminadamente al que no este de acuerdo con los principios d e la religión y tenga una práctica contraria, yo diría que son instituciones con cierta lógica etnocentrista. Como mencioné anteriormente deje de lado la religión, siendo que empecé a expresar más lo que pensaba allí, sobre las contradicciones en las instituciones, con la intención de buscar modificar aquello que lo veía mal, pero descubrí que era en vano.

 Frente a la indignación de cosas vividas, me encontré con un panorama diferente en la Universidad al observar una mayor apertura hacia la participación, tanto en las reuniones que he participado dentro del centro de estudiantes de la carrera, asambleas, y en algunas clases vínculos más horizontales, que se puede construir el conocimiento, discutir problemas, y solidarizarse frente a los problemas que hagan falta resolver. En el año de ingreso a la Universidad me acuerdo que participé en el comedor comunitario que se había abierto. Si bien, actualmente no participo de la misma manera que cuando ingresé, eso no quiere decir que  no este a favor de la modalidad llevada adelante por el centro de estudiantes de Ciencias de la Educación, sino más bien porque tenía escaso tiempo de participar...pero en lo que puedo participo. Aunque debo admitir que la participación es un accionar que nos involucra a todos, tenemos que hacernos cargo que la universidad es de todos, somos parte, y debemos luchar para un mayor reconocimiento de nuestros derechos como ciudadanos: desde asambleas, difusión del conocimiento,para que se pueda ir modificando una re estructuración  modificación de las bases del poder, en los órganos de gobierno, pero también desde el sentido común. En este último punto no me refiero en la imposición de una ideología en la cabeza de otro, porque de esta manera, nuestro papel sería muy similar al de la religión, sino más bien, en construír el conocimiento,  teniendo en cuenta las problemáticas de todos.